Almorávides en al - Andalus

 

En la España musulmana del 1055, el peligro de la Reconquista había adquirido grandes dimensiones, la disgregación política de al-Andalus en taifas y las querellas entre los reyezuelos contribuyeron al avance de las tropas cristianas, se consideró la situación tan peligrosa que solicitaron la ayuda del sultán almorávide Yusuf Ibn Tasfin. La campaña de Yusuf terminó con la aplastante victoria de los almorávides frente a los castellanos en Zallaqa (Sagrajas) cerca de Badajoz. Seguidamente Yusuf regresó a Marruecos.

A pesar de ello no consiguieron poner fin a la amenaza cristiana y al-Mu´tamid, reyezuelo de la taifa sevillana, hizo un segundo llamamiento a Yusuf Ibn Tasfin, quien regresó y asedió Aledo, pero el sitio se prolongó excesivamente y ante la llegada de Alfonso VI con un ejército de socorro, el sultán almorávide regresó a Marruecos. En la primavera de 1090  decidió destituir a los emires de los reinos de taifas, anexionando todos sus territorios. Al este de la península quedó un reino independiente, creado en Valencia por Rodrigo Díaz  de Vivar, quien primero al servicio de Alfonso VI, y luego al de los dinastas hudies de Zaragoza, había asolado por su cuenta la región levantina, se había convertido en dueño absoluto de Valencia, donde actuaba como auténtico soberano, Imponiendo su tributo a los pequeños señores musulmanes de Albarracín, Alpuente, Murviedro, Segorbe, Jericá y Almenara y consiguiendo la derrota sobre un ejército almorávide venido de Denia.

A principios del siglo XII, la España musulmana se había convertido en una provincia almorávide. Por fin, consiguieron el dominio sobre al-Andalus con la toma de Valencia, gobernada por Jimena, la viuda del Cid, en el 1102 y la cesión de Zaragoza por los hudies en 1110.

Dueños de ambas orillas del estrecho impusieron la doctrina malikí y cierta pureza en las costumbres, pero cautivados por las riquezas de España, se entregaron a los goces que les ofrecía Andalucía y los gobernadores almorávides que habían sido muy severos, sucumbieron al lujo y los excesos.

 A su decadencia moral se sumó cierto declive en sus fuerzas militares. Al manifestarse la decadencia de los africanos en España, se produjo una revuelta que concluyó con un período de reinos de taifas.

 

                          Historia de España. Tomo III. España musulmana.      

                                                Rachel Arié